"Hoy no es un día más; la crueldad, la muerte y el miedo en sólo 30 segundos estremeció a los ciudadanos" Este fue el inicio de mi primera poesía. Hace veinte años recortaba unas palabras sueltas a las que debía darle forma literaria para una tarea escolar. Fue una búsqueda nueva. Fue llegar a un lugar distinto. Hoy, veinte años después, la búsqueda se renueva. Espero, un poco más optimista.
A veces el estar cansado, te hace pensar que el tiempo es eterno y la vida sólo una consecución inexacta de hechos sin mucho sentido. Una mirada, un tema de Arjona 0 un abrazo fuerte pueden cambiar esa realidad...
Solamente debemos protegerla del miedo, de las dudas y de las histerias propias de una sociedad que prima la traición a la felicidad. Veremos qué pasa.
Vivo en este maremagnum de cansancio eterno, abandono, autoflojera y exime exigencia... y ya no sé más cómo hacer. Pienso poner un freno a que todo me salga mal; pero "el de arriba" parece divertirse y recordarme a cada paso que las cosas van a ir mal... qué sé yo...
Recuerdo hace un año cierta publicación que levantó mis ánimos y me hizo sonreír como nunca en la vida....
Y aunque ese momento fue sublime y me sentí más viva que nunca la realidad tardó un tiempo en hacerse presente... y golpeó mi cara con fuerza y sin sentido ... tardé en hilar las causas y reconocerme sola de nuevo...
Ahora intento rearmarme y entender que " no hay parada de metro que nos lleve a ese lugar"...
El Arrepentido (Carlos Vives feat. Melendi)
Hoy voy a contar la historia Del arrepentido Que viviendo en la memoria Se perdió el camino
Es hermano de ese que anda Siempre en el futuro Pasa temporadas largas Sordo, ciego y mudo
Hoy voy a cantarte la canción Del arrepentido
Si saltas vives Pero hay que saltar pa' 'dentro Y no hay parada de metro Que nos lleve a ese lugar Donde los miedos Se confunden con la vida Y no queda otra salida Que volvernos a encontrar Con el presente
El que no lleva las cuentas pendientes Del más humilde hasta el más influyente El que te dice, oye Melen, pórtate bien Vamos pa' Oviedo que nos deja el tren
Hoy voy a contar la historia Del que busca afuera Queriendo encontrar culpables Para sus problemas Ese que va por la vida Con la razón siempre Y no sabe que no existe Eso que defiende
Hoy voy a cantarte la canción Del arrepentido
Si saltas vives Pero hay que saltar pa' 'dentro Y no hay parada de metro Que nos lleve a ese lugar Donde los miedos Se confunden con la vida Y no queda otra salida Que volvernos a encontrar Con el presente
Donde huyen a los fantasmas y se ahogan las supersticiones Donde todo el mundo baila al ritmo De los corazones Ay donde todos los miedos, Carlos Se desaparecen Donde todas las tristezas se van Cuando me ven aparecer
Si saltas vives Pero hay que saltar pa' 'dentro Y no hay parada de metro Que nos lleve a ese lugar Donde los miedos Se confunden con la vida Y no queda otra salida Que volvernos a encontrar Despierta, con cada segundo que pasa Se cierra una puerta En cada mirada perdida se muere un paisaje Que cada momento que vuela no vuelve Despierta, conecta Tu cuerpo mediante la mente Que mueve hasta lo que no ves Porque crees que es inerte Y asi podras al fin saber lo que grita el planeta Ya llego la hora de que miremos dentro Despierta
Y hay que rearmarse y cerrar puertas... Hay que elegir y crecer... Hay que aceptar que no lo sabemos todo... y que no lo podemos todo...
Sergio estaba
cansado de ese ir y venir típico de un bar notable porteño del centro. Si bien
el Bar Celta no está ubicado sobre ninguna avenida, se encuentra lo suficiente
cerca del centro como para que un lunes a la noche estuviera lleno. El problema
de que estuviera lleno no era la cantidad… sino la calidad. Sergio bailaba en
su tiempo libre -entre el trabajo y la facultad- y sabía identificar
rápidamente a las “estrellas” y a la gente con talento genuino.
La diferencia es
clara. Aquel que tiene un talento real y destacado no precisa hacer sentir
menos a los que están a su alrededor, ni demostrar todo el tiempo lo capaz que
él o ella es. Suelen disfrutar de la vida y saben que no lo saben todo. Por el
contrario, las “estrellas” suelen ser bastante inseguras de su brillo y
necesitan encandilar a cuantos estén cerca. La mayoría de las veces lo hacen
hablando a los gritos y exigiendo un trato especial. Rodeado, como está el Bar
Celta de teatros de gran, mediano y pequeño porte; no es de extrañar que se
llenara de esas estrellas que invitan a todos pero jamás dejan propina, hablan
a los gritos exigiendo que se les sirva primero, se les cobre primero y se les
haga un descuento primero dado que ellos son “estrellas”. Sergio había
aprendido a lidiar con esas fugacidades pero no por eso dejaban de irritarle.
No la vio llegar
y menos sentarse en la mesa que le correspondía a él en el fondo. El Gordo, su
compañero, le dio la carta para evitar quejas por el retraso. Pero para
sorpresa de ambos, Jazmín sólo sonrió y se ubicó en esa esquina con la excusa
de conectar su computadora y cenar. “Al fin una normal” dijo el Gordo y siguió
con su trabajo. Sergio debía atenderla, así que estuvo atento y cuando ella
levantó la mirada de la carta, enseguida dio con él.
“Una ensalada –Tiempos
Modernos- con kanikama y agréguenle huevo” dijo Jazmín “y una Coca Zero” agregó.
“¿Pepsi light?” se apresuró a preguntar Sergio. Por algún capricho de los
dioses cada vez que uno en un bar pide una gaseosa Coca Cola, el bar trabaja
con la línea Pepsi y viceversa. La mayoría de los clientes se ofenden y
empiezan a dar vueltas y pasar lista de todo lo bebible que hay en el local
para terminar –casi siempre- aceptando la versión homóloga de la línea contraria
a la pedida. Jazmín fue la excepción: “Pepsi light, ¡exacto!” afirmó y sonrió.
Sergio la miró un segundo de más para asentir y analizarla un poquito. Si bien
estaba excedida de peso, tenía rasgos agradables y una frescura en la manera en
la que hablaba que atraía sin ser exagerada. Claramente estaba despeinada y se
veía la ropa algo arrugada… como si no se hubiera mirado al espejo antes de
vestirse. Si ser bonita, era interesante “y natural” pensó.
Pidió la
ensalada y la gaseosa en la barra y cuando fue hacia la mesa para colocar el
individual y servirle la gaseosa, ella ya había conectado la notebook y estaba
intentando responder mensajes, abrir aplicaciones y acomodar lentes y todo en
una mesa que claramente era pequeña. “Tendré que jugar al Tetris” pensó Sergio
mientras intentaba acomodar individual, vaso y gaseosa en tan microscópico
espacio. “Dejá, yo me encargo” decía Jazmín; pero él, acostumbrado más a las
exigencias que a las colaboraciones siguió haciendo. Finalmente colocó:
ensalada, gaseosa, vaso, cubiertos y aderezos alrededor de la computadora y se
retiró.
“Si hubiera
agarrado una mesa doble seguro se habrían quejado porque les haría perder plata”
pensó Jazmín. Cuando Sergio se retiró miró la ensalada. Había logrado un día de
régimen y no iba a tirar el trabajo del día por la borda. No señor. No le
agregaría sal ni aceite ni vinagre. “Demasiada lechuga colorada y esos tomates
disecados dulces no son tan ricos” pensó; pero su aplicación del celular decía
que eso sumaba menos de 500 calorías y eso era lo que importaba. “Tengo que
bajar de peso” pensaba “si no lo hago nadie jamás se va a fijar en mí”. Jazmín no era necesariamente obesa pero estaba
pensando 20 kilos más de lo que debería. Su último chequeo había salido
excelente. Sin embargo la doctora le había advertido que de seguir así en 20
años podría desarrollar diabetes y no era recomendable. A Jazmín le importaba
un cuerno la diabetes futura. Le preocupaba más las consecuencias de su
sobrepeso en lo inmediato. Se sentía sola y culpaba a su panza de eso. Jazmín
sabía que comía para callar la angustia. Era muy consciente de eso; pero la
angustia era más grande y pesada que su mismo peso y le impedía cerrar la boca.
En sus treinta y pico de años había subido y bajado.
Ella sabía que
cuando se lo proponía podía bajar con facilidad los kilos que tenía demás…
Siempre y cuando controlara su tristeza, su ansiedad, su desatino. No podía. La
soledad pesaba más que su peso. Necesitaba llenar ese vacío con algo y la
comida era la mejor respuesta. Tenía la receta mágica: Las papas fritas nunca
se iban a ir sin decirle nada. El helado de dulce de leche granizado y
chocolate suizo jamás la iba a traicionar. El costo era alto y de momento ella
lo pagaba. Esperaba tener éxito esta vez; porque lo que se proponía no sólo era
bajar de peso… sino aprender a quererse.
Jazmín siguió con
la mirada a Sergio. “Esa cintura, y esa postura son de bailarín… quizás sea gay”
En seguida se enojó consigo misma. Como si todos los bailarines fueran gays o
todos los que tienen lindo culo… Tanto quejarse de los estereotipos y hacer
trabajar a sus alumnos con ellos para que ella sea la primera en usarlo. “No
importa” se dijo “debe pensar que soy una gorda idiota”.
Y así era ella,
o al menos eso sentía. Jazmín sufría de una deformación de espejo atroz y jamás
podía afirmar si se veía bien o mal. Pasaba a menudo que ella se veía “aceptable”
y alguien sacaba una foto y ella se reconocía ridícula. También pasaba al
contrario pero esas ocasiones, rara vez quedaban registradas en el cerebro de
Jazmín. Así iba por su vida sin saber si quererse u odiarse; pero odiándose por
las dudas porque era lo más seguro. Después de todo, por algo estaba sola.
Esa noche en
especial estaba motivada por el inicio de lo que ella quería hacer. Un cambio.
Con ayuda de una aplicación en el celular y unas carísimas entrevistas a una
asesora de imagen pensaba revertir, un poco al menos, lo que pensaba de ella. También
quería retomar su escritura. Sabía que no era buena pero escribir le hacía bien
y el blog que ella llevaba no tenía su nombre sino otro y ella no lo difundía.
Por lo tanto podía usar la escritura como catalizador de emociones y quizás en
algún momento le sirviera para descubrir algo de ella que no sabía.
Se distrajo
intentando bajar películas y música desde YouTube. Sucedía que el chico que alquilaba
su casa mientras ella estaba en el sur había dado de baja internet y ella
estaba ese mes que intercambiaban espacios con los datos del celular. Entonces
usar el Wii-fi del bar para descargarse una peli parecía muy buena idea; pero
no pudo llevarla a cabo porque la aplicación con que bajaba pelis estaba
funcionando mal. Así que saltaba de YouTube a Facebook sin avanzar con su
escritura.
De tanto en
tanto pasaba Sergio cerca de su mesa (había llegado una pareja que se habían
sentado al lado de Jazmín y el hombre insistía en hablar a los gritos,
insultando a todo el mundo y aclarando como él sí sabía hacer las cosas bien).
Él miraba de reojo la pantalla de Jazmín y enseguida la catalogó como una
adicta a las redes sociales que vive su vida a través de la pantalla fingiendo
ser alguien que no es. Jamás se detuvo a pensar que podrían tener más cosas en
común de lo que él creería. Quizás si hubiera mirado esa computadora
detenidamente hubiera visto que ambos iban a bailar salsa cada fin de semana al
Malecón de Bs As; o que le daban importancia a la amistad por ejemplo. Quizás,
si él hubiera dejado de lado el enojo que le generaba que el señor de la mesa
de al lado le pidiera que calentara su comida porque le había llegado fría y
que se apurara porque si no, no iba a dejar propina; hubiera registrado frases
que Jazmín escribía en los muros de sus amigos dándoles ánimo o retándoles;
igual que hacía él. Su enojo era más grande.
Jazmín veía la
soberbia de la “estrella” de al lado de su mesa e intentaba solidarizarse con
Sergio; pero este ni siquiera la miraba. “Que se la aguante” pensó. Después de
todo, ella había intentado ser gentil desde que se había sentado y él no le
había dedicado ni una sonrisa “Bueno, media tal vez sí”.
En ese momento,
entro una nena, de quince/ dieciséis años con una bebita de ¿dos años? que caminaba
a su lado e iba dejando figuritas sobre las mesas mientras la mamá pedía
algunas monedas. Jazmín tenía por norma no darles dinero a los chicos de la
calle. Sabía que eran golpeados por sus “padres” para que consiguieran más
dinero y que aquello que conseguían rara vez era usado para su comida o ropa y
casi siempre aportaba al vicio del progenitor que seguramente, alentado por el
alcohol o la droga golpearía al chico que con el dinero se quería ayudar. Dada
su dieta inminente, Jazmín no tenía comida para la pequeña y al mirar a la
madre vio otra pequeña más necesitada de ayuda. Jazmín no era ingenua, sabía
que detrás de ella seguramente habría algún otro adulto que se abusaría de su
poder sobre esas dos miradas apremiantes. Decidió darles diez pesos y llegó
justo a ponerlos entre las figuritas cuando la beba, sola, se acercaba a la
mesa. La madre la llamaba desesperada desde la puerta porque había visto al
Gordo que se acercaba para echarla de ahí y evitar que incomode a los clientes.
La beba se movió rápido; demasiado para su corta edad y Jazmín no pudo evitar
pensar qué “estrategia pedagógica” habrían usado los padres para enseñarle a
cumplir tan bien su labor. Así y todo se había dejado varias mesas con
figuritas por lo que en cuanto el Gordo se distrajo, la mamá adolescente y la
beba ingresaron nuevamente al local recuperando las figuritas y consiguiendo algunos
mangos más. La “estrella” de la mesa de al lado, quizás para mostrar su “magnanimidad”
a su compañera le dejó a la bebé unos veinte pesos y le regaló las figuritas a
la mujer que lo acompañaba. Se deshizo de la pequeña molestia con la mano, como
si espantara a una mosca.
Jazmín buscó con
su mirada a Sergio y esperó a hacer contacto visual para pedirle lo que quería.
Le molestaba la gente que chistaba a los mozos “ni que fueran perros” pensaba.
Cuando Sergio se acercó a su mesa para escuchar el pedido de “una lágrima doble”
y casi con vergüenza el agregado de “si ¿puede ser con leche descremada?”, vio
que Jazmín estaba escribiendo algo en relación con la canción “This is me” de
la película “The Greatest Showman” Tenía la letra en inglés y en castellano y
parece que estaba redactando algo con ella y cada tanto veía el clip de la
canción. Cuando le llevó finalmente la lágrima notó que era una entrada de
blog.
“La próxima vez
que pase trataré de ver el nombre” pensó. Sergio había ido a ver esa película
solo esta semana. No estaba cómodo con ninguna de sus “amigas” para compartir
eso y a todos sus amigos les parecía “cosas de putos” los musicales. Ellos
aceptaban que bailara porque de esa manera “uno levanta seguro” pero de ahí a
ver un musical era una historia distinta. De todas maneras Sergio disfrutaba de
esas funciones a medio día en las salas casi vacías de los cines. Así que el miércoles
pasado había ido a verla y aún resonaban en su cabeza varias de las coreos y de
las canciones. “This is me” era una de las favoritas. Eso hizo que mirara
interesado a Jazmín. Además del otro costado se había sentado otra pareja de “estrellitas”
que le permitirían pispiar un poco más lo que escribía ella.
Jazmín estaba
concentradísima. Después de tanta distracción había dado con el tono de lo que
quería decir y era casi lo mismo que decía la canción. Usó frases de la canción
uniéndolas a sus pensamientos y finalmente pudo cerrar el texto del blog con el
video y amabas letras: en castellano e inglés. Jazmín registró que el señor “sabelotodo”
se retiraba y que a su otro costado se sentaba una parejita que hablaba de cómo
uno había recorrido más países que el otro. Si bien la distraían bastante, ella
reconocía que trabajaba mejor entre el bullicio que en el silencio absoluto. Lo
hacía desde que sus horarios de facultad y de trabajo eran tan absorbentes y complejos
que había tenido que aprender a estudiar en Mc´Donalds y estaciones
de servicio para poder rendir sus parciales. “¡Por Dios!” pensó “¡qué competencia de egos!”
Desde su propio aroma, Jazmín dudaba de que todo lo que decían fuera cierto.
Pero decidió concentrarse en lo que escribía.
Sergio no
llegaba a ver el nombre del blog de Jazmín ni se animaba a preguntarle el
nombre. Sabía, que si se quedaba hablando más de lo justo y necesario con
alguien el Gordo empezaría con las bromas y si encima era mujer y regordeta
como esta, peor. Igual, cuanto más la miraba, más le interesaba. Esa mujer
tenía una simple elegancia que muchas de sus “amigas” envidiarían. A pesar del
despeinado, el pelo lograba enmarcar su rostro de una manera muy sensual y a
pesar de sus ojeras y la mirada perdida –que saltaba de la compu a la ventana y
de ahí al bar y de vuelta a la compu- sus ojos tenían una profundidad y a la
vez una claridad –que siendo oscuros- resultaba hipnotizante. Tenía esa mujer
un cuello largo y elegante que se atoró en una angustia cuando una bebé, junto
a su madre adolescente entró a pedir. Sus pechos eran amplios y frondosos;
aunque notaba que su dueña se avergonzaba de ellos ya que usaba un pañuelo al
cuello para disimular el escote. A pesar del sobrepeso, era una mujer a la que valía la pena darse vuelta para mirarla.
“Eh, embobado.
Se te fue el gritón y desde acá no veo propina” el Gordo lo sacó de sus
cavilaciones. Por suerte su amigo pensó que estaba mirando a la dominicana
pulposa que pasaba por la calle y no a la gordita de la esquina. Fue hacia la
mesa del gritón y efectivamente no le había dejado propina “rata” pensó Sergio
y sin hacer contacto visual con ningún cliente levantó toda la mugre que el
gritón había dejado. Jazmín había levantado la vista justo para darse cuenta lo
que pasaba. “Pobre pibe, el tipo lo volvió loco y no le dejó ni dos pesos de
propina” pensó “quizás si yo soy generosa en ese punto más tarde se acuerde de
mí” quitó ese pensamiento de su cabeza como quien espanta una mosca. “Los pibes
como ese jamás se fijan en chicas como yo. Son demasiado superficiales.” Jazmín
lo veía ir y venir tratando de acomodar el desastre que había dejado la pareja.
“Estoy siendo injusta” se dijo “no es que los pibes como él sean superficiales.
No. Conozco a varios que salen con chicas más o menos rellenitas. El problema
soy yo”.
Siempre el
problema era ella. Esperaba que en estos quince días las cosas pudieran cambiar
algo. Haría una dieta estricta y prestaría mucha atención a lo que le dijera la
asesora. Pero tenía pocas esperanzas. Se sentía “fallada de fábrica” con una
especie de maldición que pendía de su cabeza y que no le permitiría nunca ser
feliz. “Basta de sueños por hoy” dijo y sonrió a Sergio. Cuando él la miró, con
un lápiz imaginario escribió el aire para pedirle la cuenta. Él se acercó y le
dijo el monto, se fue mientras ella buscaba la plata y guardaba sus cosas. A su
lado la parejita seguía compitiendo. Ahora la categoría eran los viajes
exóticos. “Tenés que ir a Malasia. Es suuuuper espiritual” decía él, “Sí eso me
dijeron pero te juro que el leprosario de Calcuta es re-in. Te mete adentro
tuyo para poder salir y ayudar al resto, ¿viste?” Jazmín se preguntó qué
pensaría la Madre Teresa de Calcuta si escuchara que su servicio y entrega son “re-in”.
“Seguramente se reiría” pensó con una media sonrisa. De repente se sintió muy cansada. Cuando Sergio
se acercó con el vuelto le agradeció con una sonrisa apagada y revisó
nuevamente su celular. A él lo llamaron desde la cocina y Jazmín se dejó vencer
por la tentación de dejarle $20 más de propina. Sabía que era mucho, que
probablemente se agrandara con el otro mozo grandote diciéndole algo así como “¿ves?
Las traigo a todas muertas” pero bueno, ella era así. Se sintió mal por el
idiota que no le dejó propina después de volverlo loco y ella le dejó por los
dos. Resignada y en silencio salió del Bar.
Sergio volvió a
esa mesa al ver que estaba vacía y maldijo su suerte. “Puede ser que vuelva una
noche de estas” pensó. Cuando vio los $20 se puso incómodo. “Quizás le interesé
un poco y su manera de demostrarlo es con una propina generosa” pero quitó ese
pensamiento de su cabeza en seguida. Las mujeres como esa chica, intelectuales,
seguras de sí mismas, jamás le darían bolilla a él: un mozo bailarín. Recogió
la propina y resignado y en silencio comenzó a cerrar el bar.
Hay veces que la mirada de los otros te quema y te atraviesa sin que puedas evitarlo; pero hay veces que hay algo peor: a veces uno no puede sostener su propia mirada. Hay muchas veces que uno se quema a sí mismo y se atraviesa con todas las historias que le hicieron daño.
No le soy una extraña a la oscuridad. Desde pequeña entendí que hay mucha gente más linda, más inteligente; más capaz que yo. "Escóndete", dicen ellos "Pues no queremos tus pedazos
rotos" ¿lo dicen, acaso? o ¿son frases que me invento yo? Sean ellos o sea yo, aprendí a avergonzarme de todas mis
cicatrices "Huye", dicen ellos o las voces en mi cabeza; pero ya no tengo lugar donde huir. "Nadie te amará como eres" Ese es mi mayor temor. Esa frase me persigue desde hace años y desde hace años intento revertirla... y no puedo. No lo logro.
Sin embargo, no dejaré que me reduzcan a polvo. Seguiré intentando encontrar mi camino aunque me vuelva a equivocar y el dolor me corte. Sé que hay un lugar para nosotros, pues somos gloriosos. o intentamos serlo. No sé quién serás, ni cómo serás pero pienso hacer todo lo que esté en mis manos para encontrarte.
Cuando las palabras más afiladas quieran
cortarme. Mías o ajenas, no importa. Mandaré una inundación, las ahogaré. Mis lágrimas siempre tuvieron ese efecto sanador.
Soy valiente, he sido golpeada con puños y palabras pero aquí estoy. Soy quien se supone que debo ser. Esta
soy yo
Esté atento porque aquí voy. Estoy marchando al compás del tambor que
toco; aunque cambie mil veces de tonada. No temo ser vista (siempre que pueda hacer realidad mis sueños) No me disculpo. Esta soy yo.
Otra ronda de balas impacta mi piel. Su abandono me atravesó el pecho. Y si quieres volver... Bueno, dispara porque hoy, no dejaré que
la vergüenza penetre. Quizás te perdone y llegaremos el cielo. Nos abriremos paso entre las barricadas Y apuntaremos al sol (somos guerreros) Si en eso nos hemos convertido... lograremos cubrir nuestros icebergs de vida.
Sin embargo, si no vuelves o no puedes/quieres volar conmigo; no dejaré que me reduzcas a
polvo. Sé que hay un lugar para nosotros, pues somos gloriosos; pero si no me crees o no me quieres... No permitiré que las palabras más afiladas quieran
cortarme; por eso mandaré una inundación y las ahogaré. Sé que soy valiente y aunque he sido golpeada, soy quien se supone que debo ser.
Esta
soy yo
Y sé que soy merecedora de tu amor y más; pero puede ser que no coincidas conmigo. Igual, no hay nada de qué preocuparse porque cuando las palabras más afiladas quieran
cortarme. Mandaré una inundación, las ahogaré. Soy valiente, y si bien he sido golpeada... Soy quien se supone que debo ser.
Esta soy yo
Y hoy empezó un nuevo camino. A partir de hoy intentaré que la seguridad me guíe. Intentaré demostrar que soy quien debo ser y que puedo lograr lo que quiero. ¡Ya basta de excusas!
This
Is Me
I'm
not a stranger to the dark
Hide away, they say
Cause we don't want your broken parts
I've learned to be ashamed of all my
scars
Runaway, they say
No one will love you as you are
But
I won't let them break me down to dust
I know that there's a place for us
For we are glorious
When the sharpest words wanna cut me
down
I'm gonna send a flood, gonna drown them
out
I am brave, I am proof
I am who I'm meant to be, this is me
Look out cause here I come
And I'm marching on to the beat I drum
I'm not scared, to be seen
I make no apologies, this is me
Oh-oh-oh-oh
Oh-oh-oh-oh
Another round of bullets hits my skin
Well, fire away, cause today
I won’t let the shames begin
We are bursting through the barricades
And reaching for the sun
(We are warriors)
Yeah that’s what we’ve become
Won’t let them break me down to dust
I know that there’s a place for us
For we are glorious
When the sharpest words wanna cut me
down
Gonna send the floods, gonna drown them
out
I am brave, I am proof, I am who I’m
meant to be
This is me
Look out cause here I come
I am marching out to the beat I drum
I'm not scared to be seen
I make no apologies
This is me
Oh-oh-oh-oh
This is me
(Oh-oh-oh-oh
And I know that I deserve your love
(Oh-oh-oh-oh
There's nothing I'm not worthy of
Oh-oh-oh, oh-oh-oh, oh-oh-oh, oh, oh
When the sharpest words wanna cut me
down
Gonna send the floods gonna drown them
out
This is brave, this is proof
This is who I’m meant to be
This is me
Look out cause here I come
(Look out cause here I come)
And I'm marching on to the beat I drum
(Marching on marching marching on)
I'm not scared to be seen I make no
apologies
This is me
Oh oh oh oh oh oh oh oh
When the sharpest words wanna cut me
down
Gonna send the floods gonna drown them
out
(Gonna send the floods
Gonna drown them out)
Oh-oh-oh-oh
This is me
Esta
soy yo
No le soy una extraña a la oscuridad
"Escóndete", dicen ellos
"Pues no queremos tus pedazos
rotos"
Aprendí a avergonzarme de todas mis
cicatrices
"Huye", dicen
"Nadie te amará como eres"
Sin embargo,
no dejaré que me reduzcan a polvo
Sé que hay un lugar para nosotros
Pues somos gloriosos
Cuando las palabras más afiladas quieran
cortarme
Mandaré una inundación, las ahogaré
Soy valiente, he sido golpeada
Soy quien se supone que debo ser, esta
soy yo
Esté atento porque aquí voy
Estoy marchando al compás del tambor que
toco
No temo ser vista
No me disculpo, esta soy yo
Oh-oh-oh-oh
Oh-oh-oh-oh
Otra ronda de balas impacta mi piel
Bueno, dispara porque hoy, no dejaré que
la vergüenza penetre