martes, 16 de enero de 2018

LÁGRIMA DOBLE


Sergio estaba cansado de ese ir y venir típico de un bar notable porteño del centro. Si bien el Bar Celta no está ubicado sobre ninguna avenida, se encuentra lo suficiente cerca del centro como para que un lunes a la noche estuviera lleno. El problema de que estuviera lleno no era la cantidad… sino la calidad. Sergio bailaba en su tiempo libre -entre el trabajo y la facultad- y sabía identificar rápidamente a las “estrellas” y a la gente con talento genuino.


La diferencia es clara. Aquel que tiene un talento real y destacado no precisa hacer sentir menos a los que están a su alrededor, ni demostrar todo el tiempo lo capaz que él o ella es. Suelen disfrutar de la vida y saben que no lo saben todo. Por el contrario, las “estrellas” suelen ser bastante inseguras de su brillo y necesitan encandilar a cuantos estén cerca. La mayoría de las veces lo hacen hablando a los gritos y exigiendo un trato especial. Rodeado, como está el Bar Celta de teatros de gran, mediano y pequeño porte; no es de extrañar que se llenara de esas estrellas que invitan a todos pero jamás dejan propina, hablan a los gritos exigiendo que se les sirva primero, se les cobre primero y se les haga un descuento primero dado que ellos son “estrellas”. Sergio había aprendido a lidiar con esas fugacidades pero no por eso dejaban de irritarle.
No la vio llegar y menos sentarse en la mesa que le correspondía a él en el fondo. El Gordo, su compañero, le dio la carta para evitar quejas por el retraso. Pero para sorpresa de ambos, Jazmín sólo sonrió y se ubicó en esa esquina con la excusa de conectar su computadora y cenar. “Al fin una normal” dijo el Gordo y siguió con su trabajo. Sergio debía atenderla, así que estuvo atento y cuando ella levantó la mirada de la carta, enseguida dio con él.
“Una ensalada –Tiempos Modernos- con kanikama y agréguenle huevo” dijo Jazmín “y una Coca Zero” agregó. “¿Pepsi light?” se apresuró a preguntar Sergio. Por algún capricho de los dioses cada vez que uno en un bar pide una gaseosa Coca Cola, el bar trabaja con la línea Pepsi y viceversa. La mayoría de los clientes se ofenden y empiezan a dar vueltas y pasar lista de todo lo bebible que hay en el local para terminar –casi siempre- aceptando la versión homóloga de la línea contraria a la pedida. Jazmín fue la excepción: “Pepsi light, ¡exacto!” afirmó y sonrió. Sergio la miró un segundo de más para asentir y analizarla un poquito. Si bien estaba excedida de peso, tenía rasgos agradables y una frescura en la manera en la que hablaba que atraía sin ser exagerada. Claramente estaba despeinada y se veía la ropa algo arrugada… como si no se hubiera mirado al espejo antes de vestirse. Si ser bonita, era interesante “y natural” pensó.
Pidió la ensalada y la gaseosa en la barra y cuando fue hacia la mesa para colocar el individual y servirle la gaseosa, ella ya había conectado la notebook y estaba intentando responder mensajes, abrir aplicaciones y acomodar lentes y todo en una mesa que claramente era pequeña. “Tendré que jugar al Tetris” pensó Sergio mientras intentaba acomodar individual, vaso y gaseosa en tan microscópico espacio. “Dejá, yo me encargo” decía Jazmín; pero él, acostumbrado más a las exigencias que a las colaboraciones siguió haciendo. Finalmente colocó: ensalada, gaseosa, vaso, cubiertos y aderezos alrededor de la computadora y se retiró.
“Si hubiera agarrado una mesa doble seguro se habrían quejado porque les haría perder plata” pensó Jazmín. Cuando Sergio se retiró miró la ensalada. Había logrado un día de régimen y no iba a tirar el trabajo del día por la borda. No señor. No le agregaría sal ni aceite ni vinagre. “Demasiada lechuga colorada y esos tomates disecados dulces no son tan ricos” pensó; pero su aplicación del celular decía que eso sumaba menos de 500 calorías y eso era lo que importaba. “Tengo que bajar de peso” pensaba “si no lo hago nadie jamás se va a fijar en mí”.  Jazmín no era necesariamente obesa pero estaba pensando 20 kilos más de lo que debería. Su último chequeo había salido excelente. Sin embargo la doctora le había advertido que de seguir así en 20 años podría desarrollar diabetes y no era recomendable. A Jazmín le importaba un cuerno la diabetes futura. Le preocupaba más las consecuencias de su sobrepeso en lo inmediato. Se sentía sola y culpaba a su panza de eso. Jazmín sabía que comía para callar la angustia. Era muy consciente de eso; pero la angustia era más grande y pesada que su mismo peso y le impedía cerrar la boca. En sus treinta y pico de años había subido y bajado.
Ella sabía que cuando se lo proponía podía bajar con facilidad los kilos que tenía demás… Siempre y cuando controlara su tristeza, su ansiedad, su desatino. No podía. La soledad pesaba más que su peso. Necesitaba llenar ese vacío con algo y la comida era la mejor respuesta. Tenía la receta mágica: Las papas fritas nunca se iban a ir sin decirle nada. El helado de dulce de leche granizado y chocolate suizo jamás la iba a traicionar. El costo era alto y de momento ella lo pagaba. Esperaba tener éxito esta vez; porque lo que se proponía no sólo era bajar de peso… sino aprender a quererse.
Jazmín siguió con la mirada a Sergio. “Esa cintura, y esa postura son de bailarín… quizás sea gay” En seguida se enojó consigo misma. Como si todos los bailarines fueran gays o todos los que tienen lindo culo… Tanto quejarse de los estereotipos y hacer trabajar a sus alumnos con ellos para que ella sea la primera en usarlo. “No importa” se dijo “debe pensar que soy una gorda idiota”.
Y así era ella, o al menos eso sentía. Jazmín sufría de una deformación de espejo atroz y jamás podía afirmar si se veía bien o mal. Pasaba a menudo que ella se veía “aceptable” y alguien sacaba una foto y ella se reconocía ridícula. También pasaba al contrario pero esas ocasiones, rara vez quedaban registradas en el cerebro de Jazmín. Así iba por su vida sin saber si quererse u odiarse; pero odiándose por las dudas porque era lo más seguro. Después de todo, por algo estaba sola.
Esa noche en especial estaba motivada por el inicio de lo que ella quería hacer. Un cambio. Con ayuda de una aplicación en el celular y unas carísimas entrevistas a una asesora de imagen pensaba revertir, un poco al menos, lo que pensaba de ella. También quería retomar su escritura. Sabía que no era buena pero escribir le hacía bien y el blog que ella llevaba no tenía su nombre sino otro y ella no lo difundía. Por lo tanto podía usar la escritura como catalizador de emociones y quizás en algún momento le sirviera para descubrir algo de ella que no sabía.
Se distrajo intentando bajar películas y música desde YouTube. Sucedía que el chico que alquilaba su casa mientras ella estaba en el sur había dado de baja internet y ella estaba ese mes que intercambiaban espacios con los datos del celular. Entonces usar el Wii-fi del bar para descargarse una peli parecía muy buena idea; pero no pudo llevarla a cabo porque la aplicación con que bajaba pelis estaba funcionando mal. Así que saltaba de YouTube a Facebook sin avanzar con su escritura.
De tanto en tanto pasaba Sergio cerca de su mesa (había llegado una pareja que se habían sentado al lado de Jazmín y el hombre insistía en hablar a los gritos, insultando a todo el mundo y aclarando como él sí sabía hacer las cosas bien). Él miraba de reojo la pantalla de Jazmín y enseguida la catalogó como una adicta a las redes sociales que vive su vida a través de la pantalla fingiendo ser alguien que no es. Jamás se detuvo a pensar que podrían tener más cosas en común de lo que él creería. Quizás si hubiera mirado esa computadora detenidamente hubiera visto que ambos iban a bailar salsa cada fin de semana al Malecón de Bs As; o que le daban importancia a la amistad por ejemplo. Quizás, si él hubiera dejado de lado el enojo que le generaba que el señor de la mesa de al lado le pidiera que calentara su comida porque le había llegado fría y que se apurara porque si no, no iba a dejar propina; hubiera registrado frases que Jazmín escribía en los muros de sus amigos dándoles ánimo o retándoles; igual que hacía él. Su enojo era más grande.
Jazmín veía la soberbia de la “estrella” de al lado de su mesa e intentaba solidarizarse con Sergio; pero este ni siquiera la miraba. “Que se la aguante” pensó. Después de todo, ella había intentado ser gentil desde que se había sentado y él no le había dedicado ni una sonrisa “Bueno, media tal vez sí”.
En ese momento, entro una nena, de quince/ dieciséis años con una bebita de ¿dos años? que caminaba a su lado e iba dejando figuritas sobre las mesas mientras la mamá pedía algunas monedas. Jazmín tenía por norma no darles dinero a los chicos de la calle. Sabía que eran golpeados por sus “padres” para que consiguieran más dinero y que aquello que conseguían rara vez era usado para su comida o ropa y casi siempre aportaba al vicio del progenitor que seguramente, alentado por el alcohol o la droga golpearía al chico que con el dinero se quería ayudar. Dada su dieta inminente, Jazmín no tenía comida para la pequeña y al mirar a la madre vio otra pequeña más necesitada de ayuda. Jazmín no era ingenua, sabía que detrás de ella seguramente habría algún otro adulto que se abusaría de su poder sobre esas dos miradas apremiantes. Decidió darles diez pesos y llegó justo a ponerlos entre las figuritas cuando la beba, sola, se acercaba a la mesa. La madre la llamaba desesperada desde la puerta porque había visto al Gordo que se acercaba para echarla de ahí y evitar que incomode a los clientes. La beba se movió rápido; demasiado para su corta edad y Jazmín no pudo evitar pensar qué “estrategia pedagógica” habrían usado los padres para enseñarle a cumplir tan bien su labor. Así y todo se había dejado varias mesas con figuritas por lo que en cuanto el Gordo se distrajo, la mamá adolescente y la beba ingresaron nuevamente al local recuperando las figuritas y consiguiendo algunos mangos más. La “estrella” de la mesa de al lado, quizás para mostrar su “magnanimidad” a su compañera le dejó a la bebé unos veinte pesos y le regaló las figuritas a la mujer que lo acompañaba. Se deshizo de la pequeña molestia con la mano, como si espantara a una mosca.
Jazmín buscó con su mirada a Sergio y esperó a hacer contacto visual para pedirle lo que quería. Le molestaba la gente que chistaba a los mozos “ni que fueran perros” pensaba. Cuando Sergio se acercó a su mesa para escuchar el pedido de “una lágrima doble” y casi con vergüenza el agregado de “si ¿puede ser con leche descremada?”, vio que Jazmín estaba escribiendo algo en relación con la canción “This is me” de la película “The Greatest Showman” Tenía la letra en inglés y en castellano y parece que estaba redactando algo con ella y cada tanto veía el clip de la canción. Cuando le llevó finalmente la lágrima notó que era una entrada de blog.
“La próxima vez que pase trataré de ver el nombre” pensó. Sergio había ido a ver esa película solo esta semana. No estaba cómodo con ninguna de sus “amigas” para compartir eso y a todos sus amigos les parecía “cosas de putos” los musicales. Ellos aceptaban que bailara porque de esa manera “uno levanta seguro” pero de ahí a ver un musical era una historia distinta. De todas maneras Sergio disfrutaba de esas funciones a medio día en las salas casi vacías de los cines. Así que el miércoles pasado había ido a verla y aún resonaban en su cabeza varias de las coreos y de las canciones. “This is me” era una de las favoritas. Eso hizo que mirara interesado a Jazmín. Además del otro costado se había sentado otra pareja de “estrellitas” que le permitirían pispiar un poco más lo que escribía ella.
Jazmín estaba concentradísima. Después de tanta distracción había dado con el tono de lo que quería decir y era casi lo mismo que decía la canción. Usó frases de la canción uniéndolas a sus pensamientos y finalmente pudo cerrar el texto del blog con el video y amabas letras: en castellano e inglés. Jazmín registró que el señor “sabelotodo” se retiraba y que a su otro costado se sentaba una parejita que hablaba de cómo uno había recorrido más países que el otro. Si bien la distraían bastante, ella reconocía que trabajaba mejor entre el bullicio que en el silencio absoluto. Lo hacía desde que sus horarios de facultad y de trabajo eran tan absorbentes y complejos que había tenido que aprender a estudiar en Mc´Donalds y estaciones de servicio para poder rendir sus parciales.  “¡Por Dios!” pensó “¡qué competencia de egos!” Desde su propio aroma, Jazmín dudaba de que todo lo que decían fuera cierto. Pero decidió concentrarse en lo que escribía.
Sergio no llegaba a ver el nombre del blog de Jazmín ni se animaba a preguntarle el nombre. Sabía, que si se quedaba hablando más de lo justo y necesario con alguien el Gordo empezaría con las bromas y si encima era mujer y regordeta como esta, peor. Igual, cuanto más la miraba, más le interesaba. Esa mujer tenía una simple elegancia que muchas de sus “amigas” envidiarían. A pesar del despeinado, el pelo lograba enmarcar su rostro de una manera muy sensual y a pesar de sus ojeras y la mirada perdida –que saltaba de la compu a la ventana y de ahí al bar y de vuelta a la compu- sus ojos tenían una profundidad y a la vez una claridad –que siendo oscuros- resultaba hipnotizante. Tenía esa mujer un cuello largo y elegante que se atoró en una angustia cuando una bebé, junto a su madre adolescente entró a pedir. Sus pechos eran amplios y frondosos; aunque notaba que su dueña se avergonzaba de ellos ya que usaba un pañuelo al cuello para disimular el escote. A pesar del sobrepeso, era una mujer a la que valía la pena darse vuelta para mirarla.
“Eh, embobado. Se te fue el gritón y desde acá no veo propina” el Gordo lo sacó de sus cavilaciones. Por suerte su amigo pensó que estaba mirando a la dominicana pulposa que pasaba por la calle y no a la gordita de la esquina. Fue hacia la mesa del gritón y efectivamente no le había dejado propina “rata” pensó Sergio y sin hacer contacto visual con ningún cliente levantó toda la mugre que el gritón había dejado. Jazmín había levantado la vista justo para darse cuenta lo que pasaba. “Pobre pibe, el tipo lo volvió loco y no le dejó ni dos pesos de propina” pensó “quizás si yo soy generosa en ese punto más tarde se acuerde de mí” quitó ese pensamiento de su cabeza como quien espanta una mosca. “Los pibes como ese jamás se fijan en chicas como yo. Son demasiado superficiales.” Jazmín lo veía ir y venir tratando de acomodar el desastre que había dejado la pareja. “Estoy siendo injusta” se dijo “no es que los pibes como él sean superficiales. No. Conozco a varios que salen con chicas más o menos rellenitas. El problema soy yo”.
Siempre el problema era ella. Esperaba que en estos quince días las cosas pudieran cambiar algo. Haría una dieta estricta y prestaría mucha atención a lo que le dijera la asesora. Pero tenía pocas esperanzas. Se sentía “fallada de fábrica” con una especie de maldición que pendía de su cabeza y que no le permitiría nunca ser feliz. “Basta de sueños por hoy” dijo y sonrió a Sergio. Cuando él la miró, con un lápiz imaginario escribió el aire para pedirle la cuenta. Él se acercó y le dijo el monto, se fue mientras ella buscaba la plata y guardaba sus cosas. A su lado la parejita seguía compitiendo. Ahora la categoría eran los viajes exóticos. “Tenés que ir a Malasia. Es suuuuper espiritual” decía él, “Sí eso me dijeron pero te juro que el leprosario de Calcuta es re-in. Te mete adentro tuyo para poder salir y ayudar al resto, ¿viste?” Jazmín se preguntó qué pensaría la Madre Teresa de Calcuta si escuchara que su servicio y entrega son “re-in”. “Seguramente se reiría” pensó con una media sonrisa. De repente se sintió muy cansada. Cuando Sergio se acercó con el vuelto le agradeció con una sonrisa apagada y revisó nuevamente su celular. A él lo llamaron desde la cocina y Jazmín se dejó vencer por la tentación de dejarle $20 más de propina. Sabía que era mucho, que probablemente se agrandara con el otro mozo grandote diciéndole algo así como “¿ves? Las traigo a todas muertas” pero bueno, ella era así. Se sintió mal por el idiota que no le dejó propina después de volverlo loco y ella le dejó por los dos. Resignada y en silencio salió del Bar.
Sergio volvió a esa mesa al ver que estaba vacía y maldijo su suerte. “Puede ser que vuelva una noche de estas” pensó. Cuando vio los $20 se puso incómodo. “Quizás le interesé un poco y su manera de demostrarlo es con una propina generosa” pero quitó ese pensamiento de su cabeza en seguida. Las mujeres como esa chica, intelectuales, seguras de sí mismas, jamás le darían bolilla a él: un mozo bailarín. Recogió la propina y resignado y en silencio comenzó a cerrar el bar.
Fin        


 Maloserá, gente. Maloserá!

lunes, 15 de enero de 2018

This is me!

Hay veces que la mirada de los otros te quema y te atraviesa sin que puedas evitarlo; pero hay veces que hay algo peor: a veces uno no puede sostener su propia mirada. Hay muchas veces que uno se quema a sí mismo y se atraviesa con todas las historias que le hicieron daño. 


No le soy una extraña a la oscuridad. Desde pequeña entendí que hay mucha gente más linda, más inteligente; más capaz que yo. "Escóndete", dicen ellos "Pues no queremos tus pedazos rotos" ¿lo dicen, acaso? o ¿son frases que me invento yo? Sean ellos o sea yo, aprendí a avergonzarme de todas mis cicatrices "Huye", dicen ellos o las voces en mi cabeza; pero ya no tengo lugar donde huir. "Nadie te amará como eres" Ese es mi mayor temor. Esa frase me persigue desde hace años y desde hace años intento revertirla... y no puedo. No lo logro.

Sin embargo, no dejaré que me reduzcan a polvo. Seguiré intentando encontrar mi camino aunque me vuelva a equivocar y el dolor me corte. Sé que hay un lugar para nosotros, pues somos gloriosos. o intentamos serlo. No sé quién serás, ni cómo serás pero pienso hacer todo lo que esté en mis manos para encontrarte.

Cuando las palabras más afiladas quieran cortarme. Mías o ajenas, no importa. Mandaré una inundación, las ahogaré. Mis lágrimas siempre tuvieron ese efecto sanador.

Soy valiente, he sido golpeada con puños y palabras pero aquí estoy. Soy quien se supone que debo ser. Esta soy yo

Esté atento porque aquí voy. Estoy marchando al compás del tambor que toco; aunque cambie mil veces de tonada. No temo ser vista (siempre que pueda hacer realidad mis sueños) No me disculpo. Esta soy yo. 

Otra ronda de balas impacta mi piel. Su abandono me atravesó el pecho. Y si quieres volver... Bueno, dispara porque hoy, no dejaré que la vergüenza penetre. Quizás te perdone y llegaremos el cielo. Nos abriremos paso entre las barricadas Y apuntaremos al sol (somos guerreros) Si en eso nos hemos convertido... lograremos cubrir nuestros icebergs de vida.

Sin embargo, si no vuelves o no puedes/quieres volar conmigo; no dejaré que me reduzcas a polvo. Sé que hay un lugar para nosotros, pues somos gloriosos; pero si no me crees o no me quieres... No permitiré que las palabras más afiladas quieran cortarme; por eso mandaré una inundación y las ahogaré. Sé que soy valiente y aunque he sido golpeada, soy quien se supone que debo ser.
Esta soy yo

Y sé que soy merecedora de tu amor y más; pero puede ser que no coincidas conmigo. Igual, no hay nada de qué preocuparse porque cuando las palabras más afiladas quieran cortarme. Mandaré una inundación, las ahogaré. Soy valiente, y si bien he sido golpeada... Soy quien se supone que debo ser.
Esta soy yo

Y hoy empezó un nuevo camino. A partir de hoy intentaré que la seguridad me guíe. Intentaré demostrar que soy quien debo ser y que puedo lograr lo que quiero. ¡Ya basta de excusas!

This Is Me
 I'm not a stranger to the dark
Hide away, they say
Cause we don't want your broken parts
I've learned to be ashamed of all my scars
Runaway, they say
No one will love you as you are
But
I won't let them break me down to dust
I know that there's a place for us
For we are glorious
When the sharpest words wanna cut me down
I'm gonna send a flood, gonna drown them out
I am brave, I am proof
I am who I'm meant to be, this is me
Look out cause here I come
And I'm marching on to the beat I drum
I'm not scared, to be seen
I make no apologies, this is me
Oh-oh-oh-oh
Oh-oh-oh-oh
Another round of bullets hits my skin
Well, fire away, cause today
I won’t let the shames begin
We are bursting through the barricades
And reaching for the sun
(We are warriors)
Yeah that’s what we’ve become
Won’t let them break me down to dust
I know that there’s a place for us
For we are glorious
When the sharpest words wanna cut me down
Gonna send the floods, gonna drown them out
I am brave, I am proof, I am who I’m meant to be
This is me
Look out cause here I come
I am marching out to the beat I drum
I'm not scared to be seen
I make no apologies
This is me
Oh-oh-oh-oh
This is me
(Oh-oh-oh-oh
And I know that I deserve your love
(Oh-oh-oh-oh
There's nothing I'm not worthy of
Oh-oh-oh, oh-oh-oh, oh-oh-oh, oh, oh
When the sharpest words wanna cut me down
Gonna send the floods gonna drown them out
This is brave, this is proof
This is who I’m meant to be
This is me
Look out cause here I come
(Look out cause here I come)
And I'm marching on to the beat I drum
(Marching on marching marching on)
I'm not scared to be seen I make no apologies
This is me
Oh oh oh oh oh oh oh oh
When the sharpest words wanna cut me down
Gonna send the floods gonna drown them out
(Gonna send the floods
Gonna drown them out)
Oh-oh-oh-oh
This is me

Esta soy yo
No le soy una extraña a la oscuridad
"Escóndete", dicen ellos
"Pues no queremos tus pedazos rotos"
Aprendí a avergonzarme de todas mis cicatrices
"Huye", dicen
"Nadie te amará como eres"
Sin embargo,
no dejaré que me reduzcan a polvo
Sé que hay un lugar para nosotros
Pues somos gloriosos
Cuando las palabras más afiladas quieran cortarme
Mandaré una inundación, las ahogaré
Soy valiente, he sido golpeada
Soy quien se supone que debo ser, esta soy yo
Esté atento porque aquí voy
Estoy marchando al compás del tambor que toco
No temo ser vista
No me disculpo, esta soy yo
Oh-oh-oh-oh
Oh-oh-oh-oh
Otra ronda de balas impacta mi piel
Bueno, dispara porque hoy, no dejaré que la vergüenza penetre
Nos abriremos paso entre las barricadas
Y apuntaremos al sol
(somos guerreros)
Sí, en eso nos hemos convertido
Sin embargo, no dejaré que me reduzcan a polvo
Sé que hay un lugar para nosotros
Pues somos gloriosos
Cuando las palabras más afiladas quieran cortarme
Mandaré una inundación, las ahogaré
Soy valiente, he sido golpeada
Soy quien se supone que debo ser, esta soy yo
Esté atento porque aquí voy
Estoy marchando al compás del tambor que toco
No temo ser vista
No me disculpo,
esta soy yo
Oh-oh-oh-oh
Esta soy yo
Oh-oh-oh-oh
Y sé que soy merecedora de tu amor
Oh-oh-oh-oh
Porque no hay nada de qué preocuparse
Oh-oh-oh-oh
Cuando las palabras más afiladas quieran cortarme
Mandaré una inundación, las ahogaré
Soy valiente, he sido golpeada
Soy quien se supone que debo ser,
esta soy yo
Esté atento porque aquí voy
(Esté atento porque aquí voy)
Estoy marchando al compás del tambor que toco
(Marchando en la marcha, marchando)
No temo ser vista  No me disculpo,
esta soy yo
Oh, oh, oh
Cuando las palabras más afiladas quieran cortarme
Mandaré una inundación, las ahogaré
(Mandaré una inundación,
las ahogaré)
Oh Oh Oh
esta soy yo

Maloserá, gente. Maloserá!



sábado, 6 de enero de 2018

Si fuera más guapa y un poco más lista...




Jueves

La Oreja de Van Gogh

Si fuera más guapa y un poco más lista
Si fuera especial, si fuera de revista
Tendría el valor de cruzar el vagón
Y preguntarte quién eres

Te sientas en frente y ni te imaginas
Que llevo por ti mi falda más bonita
Y al verte lanzar un bostezo al cristal
Se inundan mis pupilas

De pronto me miras, te miro y suspiras
Yo cierro los ojos, tú apartas la vista
Apenas respiro, me hago pequeñita
Y me pongo a temblar

Y así pasan los días, de lunes a viernes
Como las golondrinas del poema de Bécquer
De estación a estación, enfrente tú y yo
Va y viene el silencio

De pronto me miras, te miro y suspiras
Yo cierro los ojos, tú apartas la vista
Apenas respiro, me hago pequeñita
Y me pongo a temblar

Y entonces ocurre, despiertan mis labios
Pronuncian tu nombre tartamudeando
Supongo que piensas qué chica más tonta
Y me quiero morir

Pero el tiempo se para y te acercas diciendo
Yo no te conozco y ya te echaba de menos
Cada mañana rechazo el directo
Y elijo este tren

Y ya estamos llegando, mi vida ha cambiado
Un día especial este once de marzo
Me tomas la mano, llegamos a un túnel
Que apaga la luz

Te encuentro la cara, gracias a mis manos
Me vuelvo valiente y te beso en los labios
Dices que me quieres y yo te regalo
El último soplo de mi corazón

Autores de la canción: Pablo Benegas Urabayen / Alvaro Fuentes Ibarz / Haritz Garde Fernandez / Xabier SanMartin Beldarrain
Letra de Jueves © Sony/ATV Music Publishing LLC


Pero no sé cómo llegar a vos.. cada vez estás más lejos y no puedo encontrarte y tengo miedo y no sé qué hacer...

Maloserá, gente. Maloserá!