Me odio a mí misma

 Dos meses después sigo en 102 kilos. Soy una idiota. 

Maloserá gente. Maloserá!

Un mes después

Llevo un mes de la entrada anterior y estoy en 105 kilos... 

Estoy enojada. Trato de hacer una hora de bici diaria ... menos los sábados y domingos... trato de tomar tres litros de agua diaria pero de nuevo... cuando estoy con mi pareja ... me cuesta. No voy a bajar los brazos ... porque tampoco es que me puse tan estricta con la comida... que sé yo... Estoy enojada. 

Maloserá,  gente.  Maloserá! 

Arrancamos!

Odio mi cuerpo. Tuve vaivenes a lo largo de toda mi vida. Una relación enfermiza con la comida. Crisis emocionales devinieron en crisis alimentarias. Siempre al borde de una enfermedad. 

Tengo deformación de espejo. No registro mi imagen. A veces la veo aceptable... a veces como en esta foto ... detesto mi imagen.

En 2008 por una situación límite dejé de fumar y eso implicó subir hasta 104 kilos. Empecé en el dieta club y descubrí la salsa (el baile). Llegué a 68 kilos pero me fue insostenible. Durante años fui feliz entre los 75 y los 80.

Hace tres años empecé una relación. Efectivamente el amor engorda. La cuarentena también.

Hoy me pesé y estoy en 102 kilos. Pero a diferencia de aquel 2008 tengo 38 años. Me veo mal. Me siento peor. 

Mi pareja me ama y nunca hace referencia a mi peso. Cuando yo lo pongo entre la espada y la pared con una pregunta; responde que él me ama igual y que cree que debo tener tiroides porque como verduras y él  no. 

Él no sabe de los atracones cuando no está de kilos de helado o de las papas fritas a escondidas o los chocolates. 

El pensamiento mágico que siempre pido que eviten mis alumnos me ataca ahora a mí.  Quiero bajar 20 kilos antes de que termine la cuarentena. Quiero hacer ejercicio todos los días... y todo termina en nada. 

Necesito un registro real de mi cuerpo... quizás este blog sirva para eso... quizás no. No lo sé.  

Maloserá, gente. Maloserá!

Justicia ciega e inmadura

 Estos días fui abofeteada por varias aberraciones. El crimen de Gessell y los de Puerto Deseado fueron dos de ellas; pero también lo fueron las mesas compensatorias y previas de febrero. A primera vista parecería que no tienen punto en común y sin embargo... sí  lo hay. No me malentiendan, creo firmemente que los culpables tienen que ser castigados con todo el peso de la ley. Sin embargo no dejo de pensar que estas personas a su vez también son víctimas. Víctimas de una educación que promueve la acreditación por sobre el aprendizaje y el parámetro por la humanidad. Víctimas de un aprendizaje especulativo y cautivo de los vaivenes políticos. Víctimas también de una rabieta sesgada de raitings televisivos ... donde unos rugbiers de 19-20 años son chicos y un pibe de 16 en situación de riesgo es un menor. Tanto uno como los otros son CRIMINALES y deben pagar por lo que hicieron. 

Pero hacer justicia por las víctimas es más que el diente por diente... es tratar de entender porqué a diez pibes les pareció bien cagar a golpes a uno solo, filmarlo y mofarse de eso. La mayoría de nosotros -más o menos adolescentes- los tildaríamos de cagones y tendrían poco que hacer en el barrio. Entender porqué un pibe de 16 años se deja llevar por la violencia, abusa de una mujer, la golpea hasta matarla y asesina bestialmente a un nene de 4 años en el que-si hubiera mirado detenidamente- habría visto su propio reflejo. 

El castigo debe ser justo y legal; pero si esto no se acompaña de una revisión de las causas ... El castigo no será justicia... será sólo un berrinche de una sociedad movilizada por un impulso vengativo e infantil. 

Le debemos  a Fernando, a María y sobretodo a Santino el revisar qué llevó a estos pibes a actuar de esa manera y hacer los cambios necesarios y urgentes.

                                Maloserá, gente. Maloserá!

Me niego a desaparecer

Parecen los días que pasan sin sentido o con un sentido que me elude que me escapa... te amo pero ese amor me hará matarme? O acaso desaparecer entre las nieblas de las amas de casa y las cocinas y las ropas y los "deber ser" 

Puede ser que aún no sepa del todo quién soy pero tengo muy en claro quién no quiero ser. 

¿Cómo caminar hasta mis sueños? ¿Cómo no bajarle los brazos a la rutina?

¿Cómo ser yo sin ser otro? ¿Cómo?

Maloserá,  gente. Maloserá!