jueves, 29 de enero de 2015

La gran simuladora



"Todos llevamos máscaras, y llega un momento en el que no podemos quitarnosla sin quitarnos nuestra propia piel" Andrea Bertian.

No hay nada más constante en nuestro género que nuestra capacidad de sabotearnos. A nosotros mismos, a los otros no importa. Pareciera que ser feliz es una imposibilidad posible gracias a nuestras propias simulaciones. En distintos aspectos de nuestra vida vemos las huellas de como nosotros mismos -o peor, nuestros seres queridos- logramos/logran colocar murallas frente a lo que queremos.

Mi arma de destrucción privada preferida.
En el 90% de los casos no nos percatamos hasta que pasamos una década en el diván o tenemos una amiga/o que no responde exactamente a los mismos códigos de nuestro entorno y se encarga en señalarnos "la obviedad" 

Cuando nos metemos en el terreno de las relaciones interpersonales esto se potencia. Saboteamos al otro, a nosotros mismos, a la posibilidad futura y/o al reencuentro pasado. Si le escribo al día siguiente soy muy demandante y parezco desesperada. Si escribo yo primero... soy un boludo marca cañón que parece muerto por esa mina. Y si parezco desesperada o muerto.... quedo expuesta/o. Y si quedo expuesta/expuesto me pueden hacer daño. Y si me pueden hacer daño, frente al mundo parezco débil. Y a nadie le gusta que lo/la consideren débil. Nadie quiere que le hagan daño. No queremos sufrir.... Entonces tenemos la excusa perfecta para no arriesgarnos; para ir con pie de plomo y medir con nanómetro cada gesto, cada palabra, cada publicación de Facebook, cada mensaje. 

Este no es un blog de autoayuda. Ahora no viene la sección en la que les digo cómo ser fiel a ustedes mismos y no sabotearse. Jamás podría hacerlo. Principalmente porque no lo sé. Soy la primera mentirosa; la primera simuladora y la última sincera en lo que  a relaciones interpersonales se refiere.

Me escondo detrás de una humildad y una falta de confianza (a veces real y otras, fingida) para evitar decepciones a posteriori. Sólo conocen mi real yo unas dos o tres personas ... y ni siquiera. Podría describir hasta el hartazgo las estrategias que utilizo para que mis alumnos vean sólo en mi aquellas cosas que puedan inspirarlos a ser mejores personas, ciudadanos y estudiantes; escondiendo todo lo pobre, mediocre e insulso que hay en mi persona; para motivarlos y jamás dejar que se achanchen. Soy la primera en levantar muros frente a posibles parejas. Tan altos y tan escarpados que sólo muy pocos han conseguido llegar a la cima y divisar que había del otro lado. Alguno logró incluso quedarse un tiempo en las alturas; pero nadie logró saltar y anidar del otro lado. 

Y la simulación tiene eso, nos protege pero al protegernos nos aísla y nos encontramos un día culpando al mundo de que nadie nos conoce cuando nosotros anidamos detrás de un muro más alto que nuestras expectativas. Y peor aún llega un tiempo que la simulación se convierte en máscara y la máscara se fusiona con nuestra piel y terminamos siendo una mísera caricatura de nosotros mismos.

Maloserá, gente. Maloserá! 







lunes, 26 de enero de 2015

El femenino lugar común

Estadio: Nuevo Gasómetro. Club San Lorenzo de Almagro, Bs As Argentina

Hoy, les comparto un poema de Salem que nos ha recomendado Marwan. Para pensar antes de volar ¿cuáles son nuestras alas?



ERRONEOS E INCORRECTOS

Te dirán que los poemas no pagan la hipoteca,
Que pintar los caminos de tu pena no lleva a ningún lado.
Que los recuerdos del vino no son sólidos.
Que pastar sin la manada es provocar la codicia del lobo.
Que el tiempo es un juez insobornable.
Que la revolución empieza por comprar muebles de Ikea.
Que un colchón en el suelo queda lejos del Nirvana.
Que es mejor un buen curriculum que una biografía.
Que las chicas malas van al cielo si un santo las recomienda.
Que la vida es un negocio que exige garantías.
Que la paz es solo la capital de Bolivia y la justicia una gallina ciega.
Que agachar la cabeza sirve para ver los pozos que te esperan.
Que no siempre serás joven y es mejor vender a tiempo.
Que estás equivocada o loca.
Que yo no te convengo.

Tendrán razón y tú lo sabes.

Como sabes también que la razón
nunca lloró de felicidad tras orgasmo
o de premonición con un verso de Gonzalez
ni paseó sin bragas por una calle transitada
o voló aferrada a los barrotes de una ventana.
No se sintió de cristal pero irrompible
no saltó al vacío con los ojos bien abiertos
ni fue vestida con pétalos de rosa
por dentro
y para siempre.

Por eso
porque lo sabes
pero vienes
es que vamos
erróneos y e incorrectos.
Y por eso
es que contra reglamentos y manuales
te quiero




Maloserá, gente. Maloserá!

domingo, 25 de enero de 2015

Antiguos nidos

Hay lugares que nos transportan a otros espacios de la memoria; a tardes de verano,  chocolatada y Jugate Conmigo.  Hay lugares que tienen la esencia de un pasado imperfecto y por momentos doloroso pero hermoso e irrepetible.  Hay lugares que te dan la seguridad que ya creciste y que jamás volverás a ser quien eras.  Por suerte,  lamentablemente.
Maloserá,  gente. Maloserá!

viernes, 23 de enero de 2015

La comodidad del ser cómodo

Creo que el vivir en Capital lleva a muchas personas a ¿achancharse? No, no es la palabra exacta y tampoco la justificación geográfica corresponde. He vivido en España un par de meses y para ellos una hora en tren era algo que sólo se hace excepcionalmente. Es decir, si vives en Vilagarsia de Arousa e traballas en Santiago.... tes que conseguir piso en Santiago. Los viajes que realizan algunos bonaerenses de casi dos horas o más hasta Capital a diario son, para los peninsulares, impensables. ¿Se debe a que son más eficaces en el empleo del tiempo...? No creo. Conocí tantos peninsulares parvos como bonaerenses tontos. Sencillamente creo que se achanchan. ¿Para qué moverse si acá lo tengo cerca? Piensen en las ciudades. El delivery está pensado para eso. Pa´no moverse.

De hecho esta entrada surgió después de que varias amigas suspendieran la salida programada y yo decidiera -en lugar de salir- pedir cena a domicilio. Vivo en el macro centro de una de las ciudades más enormes del mundo. Soy cosmopolita, a pesar de mi actual incursión por los lares del sur, y tengo la facilidad de poder elegir qué comer casi sin restricciones. Hoy tocó sushi.

Hasta acá todo perfecto. Los médicos podrán quejarse de una reducción en nuestro movimiento diario y el consecuente riesgo para nuestra salud física. Los psicólogos elucubrarán acerca de los riesgos que implica el delivery para personalidades depresivas. Los literatos citarán a Farenheit. Los cinéfilos, Metrópolis... Pero lo cierto es que es una costumbre instalada en las grandes ciudades ... con alguna presencia ahora en los pueblos y las ciudades medianas. Ya no se puede volver atrás. El delivery, vivamos donde vivamos pasó a conformar parte de nuestro ADN cultural.

Ahora, el problema surge cuando este rasgo de la cultura colectiva se vuelve expansivo a la conducta en general. Un excelente standapista malagüeño, Dani Rovira, en uno de sus imperdibles monólogos habla sobre la actitud moderna española: "dame un punto de apoyo y que te apalanque tu abuela" (1) pero creo que se quedó corto. No son sólo los españoles quienes esperan que todo lo haga el otro; esta actitud la tiene prácticamente... todo el mundo conocido.

Es así como un grupo de amigas quiere reunirse pero siempre esperan que la "otra" haga los arreglos y se tome el trabajo de llamar a cada una para coordinar qué hacer, dónde y cuándo. También pasa que después de coordinar algo con más de una semana de anticipación llega la hora previa a la reunión y la gente empieza a cancelar porque algo mejor le salió, o porque se olvidó; o peor... porque le entró vagancia. Claro, como a uno le importa -o dice que le importa- la otra persona empieza a inventarse enfermedades, muerte de familiares, amigas en crisis y demases. Lo peor es que las pobres gilas que no podemos mentir (nótese el resaltado) nos vivimos decepcionando por mantener la agenda ocupada por compromisos que luego se caen. (2)

Peor ocurre en el espectro de las relaciones ... cuántas cosas no se producen porque esperamos que el otro/la otra dé el primer paso. O peor, con cuánto tarada/o hemos despertado por no habernos animado a dar el primer paso con quien nos interesaba de en serio. No digo que seamos kamikazes y viajemos a Los Ángeles a conquistar a Vin Diesel. No. Pero ser un poco intrépida/o quizás tenga sus ventajas.

No sé. Aún estoy en el momento de aprender a no hacerme cargo de organizar cuanta salida se propone. Y en el caso que nadie más se mueva, saber poner un mensajito de whatsap: "Qué cagada! Bue, otra vez será" Al final de cuentas quien quiera estar conmigo lo estará y quien no ... se quedará en su casa comiendo el Sushi del delivery....

Maloserá, gente. Maloserá!

(1)En relación a la conocida frase: "Dame un punto de apoyo y moveré el mundo" Realmente recomiendo el monólogo y a este gran humorista. Fuente: El Club de la Comedia. Dani Rovira. El apalanque de los españoles
(2) Si al llegar a este punto el lector cree que estoy haciendo catarsis porque un grupo de amigas me dejó sistemáticamente plantada y terminé en mi casa un jueves a la noche en verano comiendo sushi encargado al delivery; va bien encaminado.

miércoles, 21 de enero de 2015

¡Aonikenk! Puerto Deseado

La primera sorprendida con mi mudanza repentina a Puerto Deseado, Santa Cruz... fui yo. Amo la ciudad de Buenos Aires y la vida que hay en ella. Amo la fuerza que se percibe en sus calles y su historia y sus secretos ... algunos de los cuales sólo yo conozco. Y sin embargo, decidí irme; al menos de momento. 
El nido ya había comenzado a mostrar los primeros síntomas de derrumbe y yo entendí en algún momento que si no volaba implosionaría con él. 
Hace poco me enteré que incluso las bolboretas (1) migran. Hay bolboretas que llegan a viajar más de 2500 kilómetros para huir del frío y para evitar morir de hambre porque las nuevas orugas devoraron su alimento (2) Si un animal tan pequeño puede viajar tanto para encontrarse a gusto... bueno... 2099 kilómetros no son nada. 

Bolboreta expuesta en el Museo de Ciencias Naturales, ciudad de La Plata.
Sin embargo, viví el desarraigo. El concepto de morriña está presente indefectiblemente en el ser humano. Siempre creí que la morriña se diferenciaba de la saudade portuguesa porque la primera no es necesariamente triste. No lo sé. Pero aquellos que reconocemos el sentimiento podemos describir, incluso con una sonrisa como esquece nuestros huesos.

Puerto Deseado me recibió con la magia de su nombre, con una valija perdida y 71 alumnos que me interrogaron y pusieron a prueba. Meses después los compararía con la Interpol.... y me quedaría corta. 
Comencé a preparar un nido provisorio al menos... y hoy de vacaciones de nuevo en esta ciudad que tanto amo, puedo decir que extraño el cielo de Deseado. Ese cielo inmenso que te cubre y te recuerda lo pequeño que eres. Ese cielo donde compartes una estrella con algún amigo y otra con alguna hermana. Ese cielo al que le preguntas si alguien te está extrañando, si alguien se acuerda que no estás tan cerca como antes. Ese cielo donde jamás puedes contar las estrellas porque parece más estrellas con cielo que un cielo con estrellas. Ese cielo que sólo a vos te pertenece porque no puedes tomarle una foto; porque no puedes grabarlo. Sólo puedes sentarte en la playa y observarlo.

Noche del 05/10/2014 -Mirador hotel Los Acantilados, Pto. Deseado-




Maloserá, gente. Maloserá!



(1) Bolboreta: en gallego: mariposa

El hueco en el que anido

Nací en un barrio bien porteño: Boedo. Las calles que recibieron mi infancia están aún detrás del paredón del tango. Barrio de inmigrantes, gallegos y tanos en su mayoría. Barrio de fútbol. El Gasómetro se había perdido hace un tiempo pero en sus cuadras rememoraban los gritos de "¡gol!" de "¡penal!" y de tanta magia azulgrana. Siempre fue mi nido. Siempre lo seguirá siendo. Cada rincón de esas calles cuya fisonomía puede que cambie algo pero cuya esencia se mantiene intacta. Si presto atención aún puedo oír los gritos de mi hermano con sus amigos en el potrero organizado con cuatro cajones de gaseosa. Si no tengo cuidado puede que esa vecina "agrandadita" con la que competía en las tardes de verano con la bicicleta me pase por encima con su remera de Mafalda blanca y roja. 

 ♫Sur, paredón y después♫                                                      
  El viejo Gasómetro. Gentileza de http://larevistadelciclon.blogspot.com.ar/
     
  ♫♫Tus ojos se tiñen 
con el viejo color de la infancia nostalgia del tiempo 
en que todo tenía respuesta, 
en que era más largo el verano 
y más pequeño tu mundo.♫♫

Pero el mundo crece y el nido caduca. Y se buscan nuevos nidos en nuevos lugares. Algunos planeados... otros imprevistos. 

Esta es mi búsqueda. La comparto. No para obtener consejos y menos que menos para buscar respuestas. La comparto como el tema de Serrano que tarareo mientras embalo en nuevas cajas viejos sueños y renovadas esperanzas....

♫♫Y yo te diría, no sé, 
que las cosas van a marchar bien, 
te mostraría el futuro, la borra del café, 
con ángeles y estrellas, 
noches, milongas e historias, 
¿recuerdas?, que hablan 
de viejos amantes que crecen, 
que dudan y esperan 
su turno mientras anochece 
y el mundo se enferma ♫♫

Maloserá, gente. Maloserá