viernes, 21 de julio de 2017

Te juro que fue una exageración

Claramente la culpa fue mía. ÉL nunca prometió ni se comprometió en ningún sentido. Por lo que a ÉL  respecta podía retirarse como lo hizo y yo no podría reprocharle nada. Es verdad... según él.
Lamentablemente la vida no es tan lineal como creemos y no hay verdades absolutas. Todo tiene dos caras... todo tiene dos pares de ojos que pueden mirar diferente. Y si bien es verdad que él nunca prometió ni dijo nada.... también es verdad que tuvo gestos que me confundían. No me engaño.  La culpa sigue siendo mía. Me comprometí con algo que no quería.... que era que me quisieran a medias. Entregué pensando que quizás de esa manera lograba que el otro entregase también.
Algunos gestos me descolocaron... el caminar de la mano, el instalarse en casa... no sé.  Algún chiste con referencia a mis viejos... no sé.
Ahora me pregunto si habré escatimado afecto. Pero no... no lo creo. Lo invité a fiestas con amigos... le hice un lugar en mi casa en mi vida...
No puedo seguir...
Maloserá, gente. Maloserá!

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