domingo, 15 de febrero de 2015

La sombra de un deseo

Ok, sobreviví otro año al día de los enamorados. Gracias a Dios en Deseado tampoco hacen tanto espamento y lo consideran más una fiesta bárbara que un día para celebrar. Acá había más excitación por la Fiesta del Marinero que por este bendito San Valentín. El problema no es con la fecha en sí, ni con la necesidad de celebrar a la pareja.... prefiero una fecha como esta  a otra que conmemore muertes, atentados, guerras. El problema es que me recuerda una falta. Una ausencia. Un aspecto de mi vida que aún no he podido desarrollar y que llevo años intentando hacerlo. Desde que tengo memoria.
A diferencia de algunos conocidos, no tengo esa sensación de revancha, de bronca.... Creo que alguna vez la tuve... pero desde hace unos años ya no... De un tiempo a esta parte es más un bla!.... un ¿otra vez?...un ahhhh qué cansancio.... un aún todo sigue igual. 

Lo más gracioso es que me importa realmente muy poco lo que pueden llegar a pensar los demás de mí por esos días. Ayer por ejemplo pasé gran parte de la tarde/noche con una familia amiga. En el cumpleaños de su hijo de 4 años y luego, dándole una mano a su mamá para estudiar semiología. Y como si tal cosa! Pero llegué a mi casa y las publicidades de la tele, las películas que eligieron pasar hoy, las publicaciones de mis amigos en el Facebook... todo me recuerda mi soledad. 



Y sé que todo es pour la galerié y que nada o casi nada de lo que veo es verdadero pero sigue siendo el recuerdo constante de lo que no soy, de aquello a lo que no accedo, de lo que a mi me falta. De ese deseo que guía mis pasos desde que soy pequeña y que aún hoy... no se cumple.

Maloserá, gente. Maloserá!

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