lunes, 2 de febrero de 2015

Una rama para posar el vuelo

Pocos lugares me llenan tanto el alma. Sus detractores señalan sus defectos: el piso que rompe los zapatos y no deja girar bien, los mosquitos como helicópteros,  los helicópteros como mosquitos; calor sin aire acondicionado en verano y frío y viento sin repafo en invierno.  Hay mucha gente, sí... y de lo más variada.... la estrella, el profesional, la ridícula simpática,  la hermosa que encandila, el pibe de barrio,  el habilidoso, el simpático,  la retraída,  el borracho, la borracha, el ex, la actual, el careta;  el bebé,  la nona; los papás..... etc.
Pero yo veo amigos.... ok una amistad media rara.... que dura las diez horas del baile de viernes a domingo.... pero amistad al fin. Nacida de la confidencia de la clave y acompañada del son y de otros códigos: bailas en dos? Urbana o Dominicana? Ella no me va es mambera.
La complicidad de un gesto que sirve lo mismo para alcanzar un mate, sacar a bailar a una amiga o conocer al amor de tu vida.
El nexo de todo es la música.  Un ritmo que es capaz de contarte la historia más desgarradora desde la tonada más alegre invitándote a mover tanto los pies como para olvidarte que el mundo está allá afuera. Que asesinaron impunemente a miles de personas eb todo el globo; que hay gente realmente mala y hasta que vis con todas tus limitaciones y errores sos un bicho raro.
Mientras bailas no. Mientras bailas tenes el mundo a tus pies.

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