Sigo dándole vueltas a las mismas cosas que ayer y me encuentro en los mismos lugares que ayer. La falta de ganas. La falta de fuerzas. Esa sensación exclusivamente moderna de que nuestro "inconsciente" nos está jugando una mala pasada. ¿Puede todo pasar por lo intangible que hay en nuestro cerebro? ¿Somos acaso sólo un grupo de impulsos? Si lo que dice mi terapista fuera totalmente cierto ¿cuál sería el punto del verdadero amor? ¿es algo que existe acaso?
Hoy terminé el libro que titula está entrada; la autora, Svetlana_Aleksiévich, intenta describir desde la polifonía de miles de mujeres; la vida de unos cientos de miles en el frente de batalla ruso durante la Segunda Guerra Mundial.
Otra vez ese género; el de las microhistorias que construyen en su totalidad La Historia; describe desde lo minúsculo y justifica lo grande. No se basa en la gran gesta (si es que acaso a una batalla se la puede llamar una "gran gesta") Más allá del mérito o no del libro; de lo merecedor o no del premio Nobel otorgado a la autora... Este conjunto de voces ha permitido ponerme a mí misma en abismo.
Creo que todo buen libro debe lograrlo; y tengo la suerte de haberlo vivido con muchos de los libros que han llegado a mis manos. Desde lo que muchos ancianos filólogos y acríticos pensadores consideran literatura comercial, hasta las más reconocidas obras de la literatura universal.
Este libro en especial planteó muchas dudas a mi alrededor... pero la central "YO, en el lugar de todas estas mujeres ¿Qué haría?" ¿Cómo llevaría adelante mi vida si todo lo que conozco desapareciera? Y en caso de no hacerlo, me animaría a dejar a mis padres y hermanos para pelear por algo como lo que ellas llaman LA GRAN IDEA.
Todo parece lejano. Todo parece difícil. Ayer por la noche caí en la película La ladrona de libros (2013) y no pude menos que angustiarme por la vida de Liesel. Abandonada por su madre; con su hermano muerto y finalmente sin nadie más. Pero ella tiene una ventaja de la que yo carezco (sí no puedo evitar la autoidentificación) cae en una casa donde la reciben y la registran. La realidad conmigo no es tan halagueña. Es verdad que jamás perdí a nadie "mío" pero ¿alguna vez pude considerar a alguien "mío"? Yo quiero con todas las fuerzas de mi alma... incluso más; pero no sé si del otro lado puedo considerar lo mismo. Claramente las pasé mucho mejor que Liesel. No viví la guerra, ni pasé hambre, ni me abandonó mi madre. Pude estudiar, correr, viajar y leer a mi antojo. Si algo no hice fue debido a mi pereza y no a un freno exterior. Sin embargo hay muchas voces a mi alrededor -e incluso dentro de mí- que me señalan que hay algo más que debo luchar contra algo más... que no es mi culpa todo lo que me sucede.

Imaginate que alguien durante mucho tiempo mucho tiempo junta plata y decide regalarle a cada hijo una perla diferente. Claro que las perlas no se pueden comprar todas juntas por lo que habrá una perla más grande que otras. Habrá alguna perla más nueva y brillante y otra más vieja y descascarada. ¿Pierde valor el regalo? No. Pero ahora imaginá que esa persona le dice a cada hijo "toma esta perla, usala pero no hagas nada más porque es la de tu hermano"¿Qué pasa entonces?.... Esa es la respuesta que estoy buscando y que creo me tienen impávida en este lugar de mi vida desde hace un tiempo.
¿Cómo medir qué es amor y qué enfermedad?.... Será verdad lo que me dicen que hablo desde el lugar de víctima. Siempre sentí lástima por esas mujeres que se consideraban víctimas y no hacían nada por cambiar.... ¿es que acaso esa soy yo? Las dudas se acumulan más que las certezas y realmente no creo poder resolverlo.... Quiero hacerlo, porque siento que es de la única forma que podré ser feliz.... pero a qué costo. No puedo aceptar lo que me dicen... que no importa lo que yo haga que mientras el ego de ellos quede intacto ellos estarán bien. La imagen de o tener a nadie es dolorosa y reiterativa.... pero ahora sólo tengo las ilusiones de esos alguienes.... ¿cómo podré diferenciarlos?
Maloserá, gente. Maloserá!

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