Hace 10 días cumplí 34 años. Hace 8 días retomé el baile en el Malecón. Hace un año y cuatro meses que estoy residiendo en Puerto Deseado. Hace 15 días que estoy de vacaciones, Hoy tuve mi primera clase de manejo y no puedo dejar de pensar que todo tiene alguna relación oculta. Es verdad que el no manejar siempre me hizo sentirme menos "adulta" Es verdad que los 2099 kilómetros de distancia con mi familia es una gran manera de crecer y de independizarme y no sostenerles la vela (o usarlos de excusa para no vivir mi vida).
La clase estuvo bien. Una hora de arrancar, detenerme y volver a arrancar. Embrague, primera, acelerar hasta 2 revoluciones, ir soltando el embrague de a poco, Embrague nuevamente, soltar un poquito el acelerador pasar a segunda y andar.
Suena fácil... la coordinación es lo difícil. Como todo en la vida, El bendito punto medio.... ¿alguien alguna vez lo encontró? firme pero suave; constante pero seguro...
Llevo los 34 años de mi vida intentando manejar este auto... los volantazos fueron varios pero he sobrevivido hasta acá... Lamentablemente no encontré un sólo copiloto que viaje conmigo los suficientes kilómetros para decidir contratarlo. Hasta el momento sólo uno quiso el trabajo... pero huyó despavorido antes de firmar el contrato definitivo. Hubo otros que pasearon un rato conmigo pero jamás decidieron quedarse definitivamente.
Cada año que pasa, cada año que se cumple, el peso es mayor por no encontrar a aquel que se siente al lado mío. Los que van detrás, amigos, parientes, colegas; no presionan mucho por ese asiento vacío... pero sí preguntan. A veces, la pregunta duele más que cualquier presión que cualquier insistencia. Pareciera decirme que hay algo malo en mí; que soy de ese colectivo destinado por Dios a migrar de un lado a otro, sin raíces, sin descanso. Parece recordarme, esa pregunta inocente, hecha al pasar, desde el afecto o desde el Rial que todos llevamos dentro, que no soy apta; que no sirvo. No hay nada que me moleste más que eso. Lo sé.
No estoy dispuesta a resignarme; pero cada vez me da más miedo. Cada vez pienso que es más improbable encontrar a alguien que me tome de la mano y me tenga en cuenta.
Por momentos me enojo mucho; creo que estoy en el mismo camino que hace meses, buscando lo mismo que hace meses y con el mismo resultado que hace meses. Ya no sé cómo seguir... no quiero repetir rutas conocidas, o quiero engañarme más... ni soñar que alguien actuará de la manera que a mí me gustaría pero que a él jamás se le ocurriría.
¿Dónde está? ¿realmente existe? ¿en qué quedo yo si él es sólo un sueño o una utopía?
Maloserá, gente. Maloserá!
No hay comentarios:
Publicar un comentario